Entre los unberogens,
nació un niño.
El hijo de un jefe, destinado a la grandeza.
Y los dioses decretaron
que su nombre fuese Sigmar,
aquel cuya llegada fue profetizada
por la señal de los dioses.
Y este Sigmar, cuando era aun joven,
se enfrentó a los orcos y goblins
con el hacha de su padre,
mientras otros huían.
Defendió su casa y su hogar.
No temas madre, hermana, no tengas miedo.
Ni esta casa ni este pueblo van a arder,
no mientras la mano de un hombre
1 comentario:
Goooooblins!!
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