miércoles, 8 de mayo de 2013

La saga de Sigmar (parte II)

Entre los unberogens, 
nació un niño.
El hijo de un jefe, destinado a la grandeza.
Y los dioses decretaron
que su nombre fuese Sigmar, 
aquel cuya llegada fue profetizada
por la señal de los dioses.

Y este Sigmar, cuando era aun joven, 
se enfrentó a los orcos y goblins
con el hacha de su padre, 
mientras otros huían.
Defendió su casa y su hogar.
No temas madre, hermana, no tengas miedo.
Ni esta casa ni este pueblo van a arder,
no mientras la mano de un hombre 
pueda sostener el mango de un hacha.